Es curioso como se nos activa un dispositivo en el cerebro
para sensibilizarnos con la semana
santa, hacemos kilómetros para buscar las imágenes, nos emocionamos con los
pasos, con las procesiones, con alguna
saeta e incluso nos recorre el cuerpo una especie de nervio cuando oímos el
sonido sordo de los tambores.
Realmente,¿ por que nos atrae?, es por tradición, por religión, por este gusto a la fiesta…o solamente esa
locura por hacer fotos y más fotos.
Yo ya apenas salgo a las procesiones y cuando lo hago no
llevo la cámara, quizás por que viendo lo que veo mi fe en hacer una imagen
distinta se ha derrumbado.
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